Contando con la inestimable colaboración de nuestras queridas amigas: María, Manuela, Macu, Chelo y Carmen (el equipo de jurado "perfecto"), la implicación de los centros escolares, y los propios interesados (escolares menores de 18 años), en esta ocasión hemos conseguido recibir 96 obras, muchas de ellas con gran técnica y mejor hacer.
El sábado 7 de Octubre era el día perfecto para reunirnos en el Palacio Obispo Solís de Miajadas, y sacar a relucir el nombre de las ganadoras. La sala de conferencias fue el sitio para realizar el evento. Como en el Certamen anterior y con el permiso de los participantes, tenemos el gusto de compartir con vosotros en este blog las obras premiadas. Una buena tarde, presentada por nuestro querido Chema Pizarro, y presidida por la "devoradora de libros" Chelo Pineda, por nuestra "atronadora periodista" Carmen Galán, y por un "servidor" como representante de la tienda Toma Té.
A continuación relacionamos las obras ganadoras para que tengáis el placer de deleitaros con ellas, junto a una taza de chocolate, café o té, como prefiráis.
-- Recuerdos del chocolate negro
Autora: Elena Miranda González
Recuerdo cocinar el chocolate negro y que me lo presentaran.
Recuerdo cuando se derritió e inundó la cocina con su aroma, me enamoré de él.
Recuerdo untar un simple bizcocho con el chocolate negro, de la misma forma que un
amor de verano adolescente pasó a ser el amor de mi vida.
Recuerdo decorar la tarta con glaseado, pasamos las horas riendo juntos.
Recuerdo añadir mariposas de mazapán, sus caricias llenaron mi vida.
Recuerdo escribir con sirope de frambuesa "feliz día" y pasar la noche juntos, verle
soñar a mi lado bajo la luz de las estrellas.
Recuerdo regalarle la tarta de chocolate negro al amanecer.
Recuerdo que desayunamos juntos, igual que recuerdo no haber disfrutado otra tarta,
como aquella...
-- El dulzor del chocolate y el amor
Autora: Jara Gómez Candelo
Mi humeante aroma envolvía la atmósfera. Meciéndome suavemente con la cuchara sus miradas se encontraron. Era el momento perfecto de disfrutarme, ya que tras ese gran ventanal empañado se encontraba un St. Moritz gris y gélido. Sus manos alrededor de la taza intentaban paliar los dedos entumecidos.
Sus miradas gritaban todo lo que ellos callaban. Sus manos se rozaron levemente, casi sin quererlo, por inercia.
Y entonces fui testigo del primer beso de aquellos dos perfectos desconocidos. El inicio de una nueva historia marcada por mi intenso sabor, el inicio de algo grande.
-"Nada mejor que una taza de chocolate en días de invierno"- exclamó.
-- En Viernes
Autora: Celia Tena Pintado
Nuevamente pisaba aquella estancia. Parecía su segundo hogar cada Viernes, y a pesar de su corta edad, sentía que su presencia allí era aciaga.
Cuatro veces había salido de una inconsciencia prolongada sin saber cómo. Creía haber nacido con el don de la inmortalidad. Las pruebas médicas se repetían con la misma insistencia que en ocasiones anteriores, sin diagnóstico alguno.
La quinta vez fue distinta. Aquel residente casi lo devuelve a la vida. La retahíla de síntomas nombrados le alteró aún más. - Urticaria, respiración entrecortada, temblores, vómitos... ¡ adrenalina !- suplicó.
En su boca inerte aún se distinguían manchas de aquel enigmático asesino. La prueba definitiva fue el envoltorio de una chocolatina que asomaba de su bolsillo. Aquella que recibía todos los Viernes al salir del colegio. La que evidenciaba que era el alumno más destacado de la clase. Aquel pedazo de chocolate con leche de los Viernes.
