domingo, 6 de marzo de 2016

III Certamen de Micro-relatos TOMA TÉ

   Es un placer haber llegado a este III Certamen de microrrelatos...
 La compañía de esta travesía no podía ser mejor, los participantes incondicionales a estos huracanes, un jurado espectacular que tensa los vientos al máximo, un presentador irónico que anima a toda la tripulación, los medios de información que nos avisan de las tempestades, un gabinete de Cultura que sortea las rocas pero avanza, y un montón de marineros variopintos que siempre están detrás de todo este invento. Llegamos a destino este 5 de Marzo a las 5 de la tarde en un Palacio, con buena gente. 
   Un Chema Pizarro haciendo de las suyas, departiendo con Gloria de Cultura como representante del Ayuntamiento (que vino con un regalo entre las manos), el que suscribe que terminó la presentación, y ahí entran Mª Antonia, Luis y Carmen, con unas obras "espléndidas", de verdad; eso sí siempre medidas bajo la vara de un jurado, no un jurado no, las mejores...
   Desde TOMA TÉ, nos permitimos el lujo de presentaros las obras finalistas, para vuestro deleite.

El té del emigrante

Allá por los años sesenta en Menden del Estado de Renania Septentrional-Westfalia en Alemania.
Un gran número de trabajadores de diversas nacionalidades, sacábamos adelante la labor que nos encomendaban, cada uno en su puesto.
Se funcionaba en turnos de ocho horas, con un tiempo de quince o veinte minutos para tomar un refrigerio.
Pero lo que no faltaba a cualquier hora era el té, que se expedía gratuitamente por diversos puntos del taller.
El té fue alivio y compañero de fatigas.
Aquel té que fue alimento y estímulo, se ha convertido hoy para mí en el té del placer y de la tertulia.

Luis Jiménez Llanos (Áccesit)

Besos robados al tiempo

Propagaron que solo serían semanas, quizás meses. Te habían movilizado y fui acompañándote hasta la estación para despedirnos. Esperando que el tren se llenara de soldados y ante una taza de té caliente, no parábamos de besarnos, de mirarnos perdiéndome en la inmensidad de tus ojos verdes. Nuestras manos y cuerpos juntos, trasmitiendo todo el inmenso amor que nos profesábamos. Eran besos con sabor a té, con olor a té, que penetraba en mi cerebro grabando su recuerdo para toda la eternidad.
"Adiós mi amor, siempre te esperaré" dije lanzando mis palabras al viento.
Tus primeras cartas estaban escritas con esperanza e ilusión, luego amargura y desesperanza. Después nada, solo silencio.
Han pasado varios años, todas las tardes de domingo paseamos hasta la estación y ante una taza de té caliente, mirando el verde de tus ojos, te hablo de tu padre, mientras esperamos verle algún día bajar del tren.

Mª Antonia Juan Fonseca (Áccesit)

El movimiento armónico de un saquito de té

Sube y baja. Baja y sube. Humea la taza y me susurra que nada es tan importan-té. La tele se ha rebelado y ha dejado de emitir. Un fogonazo y se despidió de dar tanta realidad mugrienta. Sube y baja. Baja y sube. Entre el vaho que se va apoderando de mi día, la secadora no para de soltar agua y escupe mi ropa sin parar. Sube y baja. El calentador se ha soplado para no emitir mas improperios al planeta. La lavadora no reconoce los programas y centrifuga aunque tenga que reposar porque no quiere quedarse con los malos pensamientos que nos acechan. Baja y sube y la taza se tiñe de color. Exquisito té blanco. Nada es tan importan-té. Tú, sí. Sube y baja, quéda-té conmigo que quiero tocar-té. bajo, bajo, ¡uf! ¿Bajo y sube?

Carmen Galán Jiménez (1º Premio)